A veces cuando escarbo dentro de mí
sin querer me arranco las uñas perforándome
y se me llenan los pulmones de tierra y arena
entonces siento que podría disolver mi llanto en ella
y de él brotarían orquídeas
—no me dejan respirar.
El sol se desangra dentro de mí,
las mantiene vivas,
y yo espero reunirme con ellas
entregarme al silencio de su llanto,
escapar del murmullo humano
—ellas son mis hermanas.
Pero sólo hallo barro en mis manos
la fragilidad de una copa de cristal cae,
ya no existe su delicadeza,
y la luz sangrante crea un incendio,
que se arrastra por mi garganta.
—Yo también preferiría ser horizontal.
È